lunes, 21 de julio de 2008

Lughnasadh

(Foto de http://www.alimentos.blogia.com/)

"Lughnasadh" es la fiesta del 1 de Agosto, y se refiere al dios Lug, dios muy importante en todas las tribus celtas que se conocen. También se denomina "Lammas" que es como se llamaba a la masa para hacer pan. ¿Y qué relación hay entre ambas cosas? Pues que a finales de julio y principios de agosto tiene lugar la cosecha de trigo, con el cual se fabrica el pan, claro; y para obtener el fruto hay que "matar" al vegetal que nos lo ofrece. Simbólicamente, y también en la realidad, podemos entender esta circunstancia como la muerte necesaria para perpetuar la vida. Los celtas, y muchos pueblos que no eran ellos, han visto en la cosecha el sacrificio de la madre tierra para nuestro sustento. Los celtas además, según su mitología, situaban en esta época la muerte de la madre del dios Lug, tras un esfuerzo ímprobo para convertir los bosques en tierra de cultivo, cosa que el ser humano desde tiempos pretéritos se ha visto obligado a hacer. Una forma de celebrarlo es partir y compartir los primeros panes "lammas" obtenidos tras la siega.
Y esta se realizaba con hoces, símbolo muy antiguo que nosotros relacionamos con la personificación de la muerte.
Pero Lugnasah tiene otro significado: Es el matrimonio de Lug con la madre Tierra; por tanto era el momento ideal para que se celebrasen matrimonios, como por ejemplo todavía hoy se hace en la Festa Celta do Lugnasah en Bretoña, en la provincia española de Lugo -cuyo nombre viene del dios Lug, como el de la ciudad de Lyon, que viene de la Lugdunum que fundó Augusto como capital de la Galia romana.
En definitiva, esta fiesta pagana es lo que luego se ha conocido como Fiesta de la cosecha, que no sé si ha conseguido o no ser cristianizada por la iglesia de Roma.
Por cierto, para ver un vídeo de fotos con la fiesta que se celebra en Bretoña mirar http://www.arqueotur.org/yacimientos/festa-celta-do-lugnasad-bretona-lugo.html en donde se incluye al final el conjuro de la queimada como banda sonora.

martes, 18 de marzo de 2008

Eostre, los huevos y la primavera

Fotografía de Inés Calvo

El 21 de marzo comienza la primavera y este año es muy curioso que también coincide con el Viernes Santo. Se oyen comentarios sobre por qué este año ha llegado tan temprano la Semana Santa; pues bien, como ya he comentado en otros post, la mayor parte de las fiestas católicas son intentos de cristianizar fiestas paganas, y en este caso no es menos: Según los cánones eclesiásticos el domingo de Resurección, la Pascua, tiene que coincidir con el primer domingo tras la primera luna llena del equinoccio de primavera. Y eso este año sucede dos días después del equinoccio.

También alguna de las delicias gastronómicas propias de semana Santa tiene un orígen prístino y pagano: los famosos huevos de Pascua. Y eso en dos sentidos: Uno puramente astronómico natural: Si la primavera es el renacimiento de la tierra tras el invierno, ¿qué mejor símbolo de renacimiento que el huevo? Pero además, según la teogonía ancestral, la diosa de esta época es Ostara o Eostre, la Perséfone griega o Proserpina romana, que solía hallarse vinculada en sus representaciones ¿a qué objeto natural? Efectivamente, al huevo, símbolo de su inagotable fecundidad. Con ella llegaba el color, traído por las flores y las hierbas al campo y a los bosques, por eso se solían pintar de vistosos colorines los huevos que se colocaban en su altar.

Pero lo más curioso es que algunos sostienen que es de esta diosa de los huevos -y también de los conejos-, Eostre, de donde deriva el nombre con que se conocen a las hormonas que controlan la producción de los óvulos en las mujeres, y por tanto, las hormonas más vinculadas a la fertilidad femenina: los estrógenos. Nosotros preferimos atenernos a su origen griego y romano "oestrus": esta palabra significaría tábano, en referencia a la inquietud constante que produce la picadura de este insecto, similar, según los griegos, al estado de celo de las hembras mamíferas. En fin, desde luego buscar el origen en una diosa parece mucho más romántico.